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Tratamiento
para el Síndrome Premenstrual
El Síndrome Premenstrual continúa siendo la enfermedad más sufrida a
nivel mundial y la más ignorada, por otro lado, el útero sigue siendo un órgano
menospreciado por la ciencia médica y considerado sólo un "recipiente para
bebés" y que, una vez cumplida su función reproductiva, generalmente se
extirpa cuando se enferma y se complica. Todo ello se ha traducido en una
falta de investigaciones que apunten a la importancia del útero en el origen del
problema y por ello hasta la fecha, aún no existe acuerdo en la comunidad
científica acerca de las verdaderas causas del SPM. Se sigue ignorando por completo el
importante papel que desempeña la enfermedad inflamatoria del útero en una amplia gama
de malestares y trastornos que presenta un alto porcentaje de la población femenina.
Sin embargo,gracias a las investigaciones del Instituto de Investigaciones
Ginecológicas de Chile, existe una esperanza para todas las mujeres que sufren cada mes
de esta enfermedad tan abrumadora e incomprendida.
Se trata del tratamiento que ha desarrollado el ginecólogo y director
del Instituto de Investigaciones Ginecológicas de Chile, Doctor Jorge Lolas, quien a
través de casi tres décadas de investigaciones en la materia, ha llegado a la
conclusión que la causa más frecuente del Síndrome Premenstrual se debe a
una patología o una inflamación del cuello uterino, la que muchas veces se extiende
a todo el útero, provocando en muchos casos complicaciones que con el transcurso del
tiempo llevan a la histerectomía (extirpación del útero), y que realmente, con
adecuadas medidas preventivas y curativas, esta frecuente cirugía podría ser
evitable en la mayoría de los casos.
El Dr. Lolas avala su teoría señalando que, además de los malestares
asociados al Síndrome Premenstrual, más del 90% de las mujeres severamente afectadas
presentan evidentes signos inflamatorios en su útero y que frecuentemente son informados
a través del examen de Papanicolaou como "reacción inflamatoria
inespecífica". Asimismo, los estudios bacteriológicos permiten detectar
gérmenes del tipo Mycoplasma hominis, Ureaplama urealítico, Escherichia coli,
Gardnerella vaginalis, Clamydia trachomatis y bacterias anaeróbicas,
los cuales serían los factores bacterianos más frecuentemente asociados al
SPM.
Por esta razón, el doctor Lolas ha desarrollado un tratamiento que no
es paliativo, sino que curativo, ya que aborda las causas más frecuentes del
Síndrome Premenstrual. Parte de esta terapia consiste en la administración de
antibióticos y antiinflamatorios, los que suelen inyectarse directamente al útero
"ya que la vía oral muchas veces es insuficiente, porque el fármaco no alcanza las
concentraciones necesarias para eliminar los gérmenes", advierte el especialista.
A esto el especialista agrega la aplicación de técnicas de
electrocoagulación y crioterapia (destrucción del tejido dañado mediante la
aplicación de frío) a nivel de las partes más afectadas del cuello uterino. De esta
manera, según el profesional, se logra que el útero recupere el aspecto normal (color
rosa pálido) que tenía antes de su infección e inflamación. Durante el tratamiento, la
mujer deberá abstenerse de mantener relaciones sexuales por un lapso de seis semanas y
tomar vitaminas y suplementos minerales para ayudar a recuperar el tejido.
Este estudio ha sido presentado en el 10º. Congreso
Mundial de Ginecología, Patología Cervical y Colposcopía efectuado en Buenos Aires en
Noviembre 1999 y en el reciente Congreso Chileno de Ginecología, Patología Cervical
Uterina y Colposcopía efectuado en Octubre 2.000. Concluye que la Patología Cervical Uterina y las infecciones
microscópicas del útero juegan un importante papel en la duración e
intensidad del Síndrome Premenstrual.
A continuación, encontrará un
breve resumen del estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Ginecológicas de
Chile, encabezado por el Dr. Lolas.
Se trataron 150 mujeres con patología cervical e infección uterina
que habían estado sufriendo de un Síndrome Premenstrual (SPM) severo por muchos años y
en las cuales ningún tratamiento previo les había dado una recuperación total. Después
del tratamiento del Dr. Lolas la mayoría de los síntomas desaparecieron. La duración
del SPM pasó de un promedio de 16.7 días a 2.7 días. Después las pacientes revelaron
que los síntomas no reaparecieron a no ser por una nueva infección uterina. En los casos
en que otra infección haya ocurrido, los síntomas volvieron a desaparecer después del
tratamiento antibiótico. Es concluyente entonces que la patología cervical y las
infecciones uterinas juegan un papel importante en la severidad y duración del Síndrome
Premenstrual.
Las 150 pacientes estudiadas tenían una edad promedio de 37 años y un
rango de entre 15 y 58 años que sufrían de un síndrome premenstrual severo, que
llegaron a nuestro instituto entre enero de 1995 y Octubre de 1997.
Tratamientos anteriores sintomáticos u hormonales no habían sido
satisfactorios en ellas. Todas estas pacientes llenaron un cuestionario detallado, que
incluía la edad en que los síntomas aparecieron y la edad en la que empeoraron,
confirmando así la duración y severidad de los síntomas psicológicos y físicos antes,
durante y después del tratamiento. Cada síntoma fue evaluado en una escala de 0 a 5
grados. Cada paciente tenía un aumento de al menos el 50% de los síntomas negativos
(depresión, ansiedad, irritabilidad, fatiga, dolor de cabeza, dolor de pecho, edema,
dolor abdominal, dolor pélvico, etc.) en la semana premenstrual, comparando con la
primera semana después de la menstruación. Todas las pacientes pasaron por exámenes
ginecológicos y colposcópicos, citológicos, bacteriológicos, ultrasonográficos y
exámenes de laboratorio de rutina. Todos los datos fueron recopilados en un formulario de
evaluación y control. En todas las pacientes, la colposcopía reveló patología cervical
y/o inflamación y el útero usualmente doloroso o sensible al tacto. La
bacteriología endocervical reveló que se presentaban un gran número de infecciones por
Mycoplasma, Ureaplasma urealítico, Chlamydia trachomatis, Gardnerella vaginalis,
Echerichia coli, etc.
Imagen
colposcópica de un útero enfermo |
Imagen colposcópica de un útero sano |
De acuerdo con la infección y la patología cervical,
las pacientes fueron tratadas con un tratamiento antibiótico específico y fármacos
anti-inflamatorios. El término del tratamiento ha sido marcado por la completa
desaparición de la inflamación uterina bajo observaciones clínicas, colposcópicas y
ultrasonográficas (desaparición de la congestión vascular) y, además, de la completa o
sustancial disminución de los síntomas del SPM.
Tres de los 150 casos estudiados se perdieron de vista. Los
147 restantes completaron el tratamiento. Los síntomas psicológicos y físicos
fueron evaluados hasta la recuperación completa de la patología cervical y la
inflamación uterina. Muchos de los síntomas antes del tratamiento eran severos. Después
del tratamiento desaparecieron o se volvieron leves y de corta duración. La persistencia
de los síntomas en algunas pacientes se debió a complicaciones inflamatorias
utero-pélvicas o a endometriosis. La duración del Síndrome Premenstrual descendió de
un promedio de 16.7 días a 2.7 días. El seguimiento de las pacientes por más de un año
reveló que algunas pacientes se volvieron a dar los síntomas, pero siempre han
estado asociados a una nueva infección. Con el tratamiento antibiótico específico la
sintomatología desapareció nuevamente.
Nuestros resultados muestran que la patología
cervical benigna (incluyendo pequeñas lesiones) y las infecciones o inflamaciones
útero-pélvicas juegan un rol muy importante en la severidad y la duración del síndrome
premenstrual y sus síntomas.
Si estamos de acuerdo en que el SINDROME PREMENSTRUAL, en su forma
severa, es una reacción inflamatoria multisistémica producida por infecciones
útero-pélvicas que empiezan en el útero (produciendo agentes inflamatorios con
efectos sistémicos: prostaglandinas, tromboxanos, etc), estaríamos en condiciones
de efectuar un diagnóstico temprano o precoz a estas patologías, efectuar un
efectivo tratamiento curativo del SPM y la prevención de complicaciones
ginecológicas, a través de una mejor comprensión de fisiopatología de este desorden
tan frecuente mundialmente y tan pobremente entendido.
Creemos que el SPM severo es una afección inflamatoria cíclica,
sujeta a la fluctuación hormonal del ciclo menstrual. Con esta contribución, esperamos
ayudar a muchas mujeres que sufren en forma severa de esta patología, alrededor del
mundo, lograr obtener una mejor calidad de vida a través de un
tratamiento oportuno y que vaya más allá de las actuales terapias paliativas y
sintomáticas, previniendo así complicaciones ginecológicas inflamatorias crónicas que
terminan casi siempre en cirugías.
Esperando que nuestros estudios y descubrimientos sean confirmados por
otros investigadores, esto abrirá camino al desarrollo de nuevas estrategias de
tratamiento para el Síndrome Premenstrual y sus complicaciones, cambiando completamente
la manera en que esta patología ha sido considerada por los profesionales de la
salud y el público en general. |