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El  Síndrome  Premenstrual  y  sus   Efectos  sobre  el  Climaterio  y  la  Menopausia

El climaterio y la menopausia son fenómenos fisiológicos, y, por ello, las mujeres sanas no suelen presentar trastornos significativos durante ese período de la vida. menopausia.jpg (23781 bytes)La historia clínica y examen ginecológico acucioso de ellas evidencia que no presentan patología ginecológica, lo que generalmente suele coincidir con la falta de antecedentes de molestias menstruales o premenstruales relevantes en su edad reproductiva.

Los estudios colpocitológicos y mediciones de estrógenos plasmáticos, que hemos efectuado en pacientes menopáusicas sin patología ginecológica, indican que sus ovarios pueden continuar durante muchos años con una actividad estrogénica normal o discretamente menor. Por ello, creemos muy importante señalar que no debe confundirse el cese de la actividad ovulatoria y menstrual necesariamente con una falla en la producción de estrógenos.

Por otra parte, hemos observado que las pacientes que durante el climaterio experimentan síntomas severos, estos van aparejados con la existencia de patología ginecológica inflamatoria crónica. En ellas, hemos constatado que la terapia hormonal estrogénica no constituye generalmente una solución satisfactoria de sus molestias, pudiendo a veces incluso agravarlas. Un excesivo aporte estrogénico en pacientes que no lo necesitan, produce un hiperestrogenismo con sus conocidos riesgos cancerígenos y efectos colaterales indeseables, pudiendo asimismo agravar los fenómenos inflamatorios presentes.

Hemos realizado estudios que evidencian que un elevado porcentaje de estas mujeres tienen antecedentes de haber presentado síntomas premenstruales o menstruales muy significativos durante su edad reproductiva, producidos por la presencia de patología inflamatoria crónica útero-pelviana.

¿Por qué algunas mujeres experimentan molestias severas durante el climaterio y menopausia y otras no? De acuerdo a estos antecedentes, creemos que es necesario investigar la presencia de patología ginecológica en toda mujer que durante el climaterio o la menopausia continua con el polimorfismo sintomático propio del SPM: cefalea, distensión abdominal, dolores pelvianos, edema, molestias mamarias, decaimiento, depresión, irritabilidad, etc.

En estas pacientes suelen coexistir procesos osteoarticulares y osteoporóticos, constituyendo una relación interesante menopausia2.jpg (27076 bytes)el hecho que aproximadamente un tercio de las mujeres experimentan molestias relevantes durante ese periodo de la vida, cifra que curiosamente coincide con la prevalencia de SPM moderado a severo.

Creemos que el concepto tan difundido de atribuir toda sintomatología patológica, durante la perimenopausia, a una falta de estrógenos, constituye un punto de vista muy parcial y probablemente erróneo, ya que muchas de las mujeres estudiadas no presentan evidencias de deficiencia hormonal estrogénica. El cese de los fenómenos de ovulación y menstruación no va necesariamente acompañado de una baja sustancial en la producción estrogénica en un alto porcentaje de mujeres.

Se ha observado que menos de un tercio de las mujeres postmenopáusicas pueden llegar a presentar osteoporosis, y, en su mayoría, tienen antecedentes de trastornos premenstruales muy significativos. De acuerdo a nuestras observaciones, postulamos que en aquellas mujeres con fenómenos inflamatorios uterinos o pelvianos, la acción de los mediadores inflamatorios liberados (prostaglandinas, tromboxanos) tendría un efecto perjudicial sobre el tejido óseo, lo que sumado a sus conocidos efectos sobre la función renal, podrían traducirse en una mayor pérdida urinaria de calcio, magnesio, potasio y otros electrolitos.

Una producción anormal de mediadores de acción inflamatoria favorecería los fenómenos inflamatorios óseos y la osteoporosis, explicando las poliartralgias (dolores articulares) y eventualmente fracturas patológicas observadas en las pacientes mas afectadas.

En las mujeres con fenómenos inflamatorios crónicos severos a nivel uterino o pelviano, se suele detectar disminución de la densitometría ósea (medición de la densidad de los huesos) varios años antes de llegar a la menopausia. Esto sugiere la existencia de otros factores, hasta ahora insuficientemente investigados, que nos lleva a plantear que la desmineralización ósea no es coincidente ni se debe necesariamente a un déficit estrogénico como muchos piensan.

Hemos efectuado estudios hormonales en pacientes perimenopáusicas y sin patología ginecológica, evidenciando en su mayoría una actividad estrogénica normal. Por ello, insistimos en señalar que no debe confundirse el cese de la actividad ovulatoria y menstrual con una falla en la producción de estrógenos.

Con lo expuesto, concluimos que solo en las mujeres menopáusicas y con una real deficiencia de estrógenos, podría indicarse terapia hormonal de reemplazo. Pero como regla de conducta habitual, debe investigarse y tratarse previamente toda patología inflamatoria ginecológica, cuyo efecto, no pocas veces, puede terminar con la sintomatología atribuida erróneamente al climaterio o a la menopausia, confirmando así que el proceso inflamatorio sería el principal responsable de la sintomatología y no una supuesta deficiencia hormonal estrogénica.

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Diseño y Textos: Eleonora Colagrosso

Fotos: Frank Guevara