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REUTERS  -     Friday, 15 May 1998 13:31:26
20:05 14May.: 
Por Marco Sibaja

Médico chileno desarrolla tratamiento para el Síndrome Premenstrual

SANTIAGO, mayo Reuters. Un médico  chileno desarrolló un tratamiento que resuelve uno de los problemas de salud más severos, comunes e ignorados en las mujeres: el síndrome premenstrual.
Hasta el despacho del doctor Jorge Lolas, en el oriente de Santiago, han llegado mujeres con problemas de todo tipo, desde jaquecas severas hasta trastornos digestivos, pasando por tendencias depresivas, colon irritable y brotes de acné, todos asociados al ciclo menstrual.
Los síntomas en algunas de estas pacientes han sido tan fuertes que han puesto en peligro la estabilidad familiar y laboral de las pacientes, según el médico, que es director del Centro de Investigaciones de Ginecología. 
El médico chileno planteó como solución una alternativa a los métodos tradicionales de administrar hormonas y fármacos paliativos, recurriendo a un especialista para cada síntoma que presenta la paciente.
A su juicio, el problema se origina en una infección del útero que, al inflamarse crónicamente incrementa la cantidad de sustancias (prostaglandinas y tromboxanos) encargados de provocar la menstruación.
Tales sustancias, al entrar al torrente sanguíneo, provocan efectos tóxicos e inflamatorios en distintos órganos, lo cual provoca las diferentes reacciones físicas y psicológicas.
Los síntomas pueden llegar a ser tan graves que "deterioran seriamente la calidad de vida de y salud de las afectadas".
El tratamiento se centra en el útero, un órgano generalmente menospreciado  por la ciencia médica.
Recordó que  el enfoque tradicional de los médicos es examinar el útero mediante una prueba llamada el Papanicolaou, y si encuentran inflamación  sin signos de cáncer, tienden a ignorarla, pero si presenta señales graves de deterioro, usualmente lo extirpan.
Según el Dr. Lolas, algunas mujeres sólo tienen pocos días de alivio al mes, en medio de la sensación de malestar que les provoca el ciclo menstrual.
Decidido a desmitificar que siempre la menstruación está asociada a un malestar físico, Lolas emprendió un tratamiento dirigido a combatir la enfermedad que provoca la infección e inflamación uterina crónica.
Para ello el tratamiento que aplica a sus pacientes incluye inyectar el útero con antibióticos y antinflamatorios durante un periodo largo, complementado con el uso de vitaminas y minerales para ayudar a recuperar el tejido.
El procesa que dura un promedio de cuatro meses, se combina con críocirugía  (congelamiento del órgano) y electrocirugía para eliminar los tejidos dañados.
Lolas indicó que el nivel de éxito alcanzado con su tratamiento en ayudar a las mujeres  a recuperar la normalidad  en sus vidas es de alrededor un noventa por ciento.
Una paciente del ginecólogo, identificada como Jeannette, llegó a su primera consulta con un cuadro depresivo grave, incluyendo varios intentos de suicidio, con la piel cubierta de acné y  el cabello reseco y adormecida por los psicofármacos que le habían recetado sus facultativos.
En una entrevista celebrada pocas semanas después que de iniciado el tratamiento al útero, la paciente estaba completamente recuperada de su depresión, su cara apenas lucía las huellas del acné y presentaba muy buen ánimo al no seguir dependiendo de los medicamentos para controlar sus diversos malestares.
Para Miriam Guerrero, una matrona que participa en el tratamiento del médico, el síndrome premenstrual, no ha sido asumido por la medicina como una enfermedad, y los ginecólogos en general no lo toman en serio.
Cuando las mujeres llegan aquí, "sienten que se les arma el rompecabezas" de la multiplicidad de sus síntomas, provocados por la enfermedad uterina, comentó Guerrero.
El médico documentó su experiencia de 20 años en el tema, en su libro "Síndrome Premenstrual desde una nueva perspectiva" en el cual instó a una mayor preocupación e investigación sobre el tema para permitir la aplicación de políticas preventivas y curativas de salud para hacerle frente.
La organización International Health Foundation realizó un estudio entre 2.501 mujeres, según el cual un 85% presentó molestias premenstruales, y un tercio de ellas tenían problemas relevantes o graves.
Proyectando los datos a la situación de Chile, Lolas calculó que  al menos un millón de mujeres podrían estar significativamente afectadas, y de ellas unas trescientas mil podrían estar gravemente enfermas.

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